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García (Uncastillo, 1966) dirige el City Lab del Instituto Europeo de Diseño de Madrid y es consultor experto en turismo y patrimonio cultural.
Pide sinceridad para afrontar los problemas del medio rural.
¿Es tarde para aplicar medidas efectivas?
Hay consecuencias que son irreversibles y lo veremos en los próximos años. Muchas localidades van a desaparecer o transformarse. Y lo mismo va a suceder con el modelo de economía rural, habrá cambios radicales. Pero estamos a tiempo de gestionar esos cambios y evitar que sean dramáticos.
¿Habrá pueblos de temporada?
Quizá haya que abrir muchos pueblos solo algunos meses al año, y establecer unas brigadas de mantenimiento el resto del tiempo. O crear redes de asistencia territorial para las personas que permanezcan en los pueblos más pequeños, con voluntarios de las localidades más cercanas.
¿Cree que se han aplicado medidas equivocadas o ineficaces?
Me parece que no se aprovecharon los buenos tiempos para generar riqueza real en los territorios rurales, se hicieron inversiones desequilibradas y poco rentables, y no valoramos correctamente la capacidad de destrucción rural que iba a tener la crisis económica. Seguimos trabajando con diagnósticos ineficaces.
¿Considera que hay que encontrar fórmulas más imaginativas?
Es el momento de dar un paso adelante, de pensar en nuevas formas de generar actividades atractivas, sacando partido a nuestras fortalezas y revisando el enfoque de las políticas de desarrollo territorial.
La concentración de la población en las ciudades es imparable.
Hoy el mundo es de las ciudades. Pero a medio y largo plazo será imprescindible un cambio de paradigma global en la forma de organizarnos como sociedad, en los modelos de ocupación del territorio y en el uso de los recursos naturales. Por un simple motivo de supervivencia. Serán otros los que tengan que gestionar ese momento, pero empecemos a trabajar con ese escenario.
¿Puede ser el turismo la única solución para el medio rural?
El turismo es y será una actividad principal, pero no puede ser la única, ni con un modelo uniforme. Es otra de las realidades que hay que afrontar con sinceridad, no generemos falsas expectativas que provocan frustración y aumentan la sensación de fracaso en empresarios y población local. Elijamos bien nuestra oferta y adaptémosla a los nuevos tiempos.
¿Es posible generar actividades económicas atractivas?
¡Claro que sí! La resignación es la última opción. En Aragón tenemos un medio rural complejo, despoblado, atomizado y deprimido económicamente. Pero tenemos recursos propios para intentar cambiar esa dinámica.
La última edición de Encuentra en Uncastillo se ha vinculado a las nuevas tecnologías, al arte, patrimonio y desarrollo del territorio.
Sí, es un ejemplo de lo que en la Fundación Uncastillo consideramos como oportunidades de futuro. La creatividad, el arte, el patrimonio y la cultura unidos para ayudar en el desarrollo de proyectos atractivos en nuestro territorio. Porque Uncastillo es uno de esos lugares únicos de Aragón.
¿Luchar contra la despoblación es generar proyectos?
Exacto. La despoblación no se frenará ofreciendo casas gratis. Debemos generar proyectos nuevos, atractivos, pensar en actividades más allá de las tradicionales, buscar socios distintos para conservar y atraer talento, y aprovechar los desarrollos tecnológicos actuales y los que van a llegar.
¿La clave estará en aprovechar el desarrollo tecnológico?
La tecnología es nuestra gran oportunidad. Vamos a vivir cambios inimaginables en las próximas dos décadas. El futuro es difícil de predecir, pero las transformaciones van a ser radicales. Si estamos atentos, es posible cambiar las actuales perspectivas negativas por oportunidades. Y convertir nuestros pueblos en espacios de innovación, creatividad y talento. Esa es mi apuesta.
